El cambio climático es uno de los peores enemigos de la apicultura, reconocieron Miguel Ángel Molina y César Javier Hernández Martínez, asesores técnicos de esta actividad, al señalar que en el país se desplomó en 60% la producción de miel ante las lluvias, vientos y el frío.
Sin embargo, en Oaxaca los daños no fueron tan severos y se mantiene la producción, principalmente en la región del Istmo y la Costa, así como en los Valles Centrales, en donde la apicultura es una alternativa de empleo para miles de familias.
Miguel Ángel Molina, asesor técnico de la sociedad de productores de la Mixteca “Itunuvico”, aceptó que el cambio climático incide peligrosamente en la apicultura, pero además el crecimiento de la mancha urbana, lo que obliga a buscar nuevos espacios para esta actividad.
Mencionó que Veracruz, Tabasco, Hidalgo y Tlaxcala, sufrieron un duro revés por las lluvias que destruyó miles de apiarios, no así en la entidad al mantenerse la producción, principalmente en la zona de Putla de Guerrero, en donde la actividad florece.
Consideró que hoy los productores se capacitan y eso permite un mejor rendimiento en las colmenas, las cuales regularmente producen 25 kilos del producto, pero en “Itunuvico” se han mejorado las técnicas al lograr una producción entre 55 o 60 kilos, lo que ha rebasado las expectativas.
La organización ha crecido, dijo, lo que nos permite exportar a Alemania, además de lograr un precio aceptable para los productores al tratarse de miel orgánica, ya que el litro tiene un costo de entre 80 y 100 pesos, tras ser embasado.
Mencionó que en México no existe esa cultura del consumo de la miel, porque sólo se ingiere unos 300 milímetros por habitante, lo cual es sumamente bajo en comparación a los países europeos, quienes son los que adquieren el producto.
César Javier Hernández estimó que la actividad ha sido afectada por los fenómenos naturales, al grado que la producción ha desaparecido de algunas comunidades, principalmente de los Valles Centrales, en donde se tenía la miel mantequilla, pero hoy sólo se concentra en la zona de Miahuatlán y Ejutla de Crespo.
Señaló que en la Costa e Istmo de Tehuantepec es donde se tiene la mayor producción, y actualmente se ha dado impulso a la comercialización de este producto, al aprovechar que se tienen dos etapas de cultivo, una de ellas en abril, pero la más fuerte es en noviembre-diciembre, cuando se tiene una mayor ganancia.
Manifestó que a través de su empresa “Pepemiel” buscan nuevos mercados al interior del país, pero no sólo a través de la miel, sino de cada uno de sus derivados para tener un aprovechamiento sustentable y con ello lograr ganancias.
César Javier destacó que el precio del producto fluctúa entre los 80 y 100 pesos, de acuerdo a la presentación y la calidad, pero es un buen ingreso para los productores que día a día se especializan para lograr un mejor aprovechamiento.
Aseguró que la empresa de sus padres tiene 16 años en la actividad, pero en los últimos seis años se dieron a la tarea de buscar la comercialización, en donde los resultados son alentadores, pero abrirse mercado ha sido difícil por la propia competencia, pero además por el bajo consumo de los mexicanos a la miel. Samuel Gómez/El Imparcial
