lunes, marzo 4

Trabajo infantil, lametable realidad en las calles de Oaxaca

Apenas comienza la mañana, un grupo de niños y adolescentes se apoderan de los cruceros de Calzada Madero- Instituto Tecnológico de Oaxaca -Riveras de Atoyac. Pese a las condiciones precarias y peligrosas en las que trabajan, rechazan todo tipo de ayuda para salir de la pobreza, a no ser una moneda por limpiar parabrisas.

El 77.6 por ciento de las familias que atiende el Centro de Apoyo al Niño de la Calle de Oaxaca (Canica) son personas que provienen de comunidades rurales de Chiapas y Guerrero. De donde dicen ser originarios estos niños.

Datos del Módulo de Trabajo Infantil (MTI-Inegi), en el periodo 2007-2015, muestran que en el estado se registró una disminución del trabajo infantil, sin embargo, en ese mismo periodo, Oaxaca siguió ocupado el noveno lugar dentro de las entidades con mayor número de niños que trabajan, salvo el 2013 cuando se ubicó en el octavo sitio.

Bajo riesgos y sin derecho a la educación

De los 102 mil 712 niños que trabajan en Oaxaca en diferentes actividades durante 2015, el 93.3 por ciento se mantuvo ocupado en labores no permitidas, reveló el Módulo de Trabajo Infantil (MTI-Inegi).

Del total, el 37.1 por ciento no asistía a la escuela y 59.4 por ciento no recibía ingresos. Mientras que del total, el 51.3% se desempeñaba en ocupaciones peligrosas.

Estadísticas de Canica muestran que el 50.7 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que acude a sus servicios trabaja o ha trabado, mientras que el 49.2 por ciento restante ha acompañado a su madre o padre a trabajar.

Representantes de la asociación civil señalaron que los problemas educativos para la oblación infantil en condición de calle son una realidad. El 97 por ciento presenta alguna dificultad.

Entre ellas destacan que no están escolarizados, tienen problemas de aprendizaje, han abandonado la escuela, y que los papás no se involucran en el proceso educativo de sus hijos.

Realidad local

El estudio “Los vínculos desfavorables con la calle y su vulnerabilidad: un diagnóstico para la Zona Metropolitana de Oaxaca”, realizado por Canica, señala que estas personas llegan a la ciudad como consecuencia de la pobreza y la exclusión social.

El asentamiento de quienes llegan del campo a la ciudad se focaliza en colonias cuyas viviendas carecen de drenaje, servicios sanitarios, energía eléctrica y agua entubada, además de vivir en hacinamiento y con pisos de tierra.

Ingreso familiar
De quienes se atienden en Canica
60.86% de la población en pobreza
39.13% en pobreza extrema y que viven en algún espacio precario rentado en hacinamiento y en su mayoría con más de 4 hijos por familia.

En la capital, Canica ubicó a tres zonas con mayor concentración de personas que viven estas condiciones. Barrio La Soledad San Martín Mexicapan, El Coquito y Arboleda, Monte Albán y Arboledas.

Trabajar bajo supervisión

Pese a trabajar bajo el intenso calor, lluvias, entre otros riesgos y condiciones críticas que los ponen en riesgo, los niños y niñas que laboran en los cruceros en inmediaciones del ITO en la capital del estado muestran desinterés por recibir apoyo para salir de su condición.

Canica informó que el grupo de menores edad expone dificultades para comunicarse en español y en cada consulta realizada proporcionan nombres diferentes.

La asociación detalló que en el punto específico del crucero que conecta a la agencia de Santa Rosa con calzada Madero habitualmente se encuentra un adulto que de forma discreta se comunica con los menores de edad, quienes después se distribuyen rápidamente.

Dadas estas condiciones y sumadas a las privaciones de las comunidades de origen, quienes llegan a residir a la ciudad tienen la expectativa de encontrar mejores oportunidades en el mercado laboral, pero en vez de eso se ven obligados a realizar trabajos poco remunerados, sin seguridad social, con bajo o nulo reconocimiento social y además en la calle.

NVI Noticias

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