martes, febrero 27

El caudillo Antonio de León

Fueron sus padres el señor don Manuel León y la señora María de la luz Loyola. Cursó con brillantez la instrucción primaria elemental y superior, obteniendo excelentes calificaciones, por su talento y aplicación.

Aficionado desde sus primeros años a la carrera de las armas, entró en el servicio militar en mayo de 1811, antes de cumplir los diecisiete años, ingresando como alférez de la compañía que se encontraba en su tierra natal. Fue ascendido a teniente el 6 de julio de 1814 y a capitán el 18 de abril de 1817, después de haberse encontrado en innumerables escaramuzas y nueve acciones de guerra formales.

El 6 de junio de 1821, proclamó la independencia en Tezoatlán, distrito de Huajuapan, y al frente de veintiséis hombres mal armados y municionados escasamente,, atacó a doble número de realistas, obligándolos a rendirse. En seguida con escasos elementos y algunos patriotas más que se le habían sumado, atacó a cincuenta y cinco cazadores de un batallón que marchaba rumbo a Huajuapan, a las órdenes del capitán José Ortega, derrotándolo en el paraje denominado Agua Escondida, y obligándolo a rendirse a discreción.

Con estas fuerzas se encaminó a Huajuapan bien fortificada y defendida por doscientos infantes de los batallones Guanajuato y Oaxaca, comandados por el teniente coronel Jerónimo Gómez. Debido a su intrepidez y pericia, hace capitular a los defensores, a pesar de su enorme superioridad numérica, apoderándose de tres cañones, ciento veintidós fusiles, cuarenta mil cartuchos y pertrechos de artillería. Debido a este triunfo, Iturbide lo nombró Comandante de las Mixtecas.

Al frente de cuatrocientos veinte hombres marcha sobre la plaza de Yanhuitlán, defendida por un regimiento expedicionario al mando del teniente coronel Antonio Alfar. Al cabo de quince días de sitio, logró la capitulación.

Se dirige a la capital, y en Etla se encuentra con los batallones de la Reina, Oaxaca y Tehuantepec, a las órdenes del comandante general, coronel don Manuel Obeso a quien derrota después de tres horas y media de reñido combate, obligándolo a capitular. Esto abrió al Ejército Trigarante las puertas de la Ciudad de Oaxaca.

En octubre de 1822 es ascendido a coronel. En febrero del mismo año había contraído matrimonio con la señora doña Manuela Torres.

Vienen días de incertidumbre y desorientación para la naciente república, perfilándose la división entre federalistas y centralistas. El coronel León reúne, el 1º de junio de 1823, a sus oficiales y a personas de significación, y habiéndose hecho un análisis de ambos sistemas y de los males que había causado el imperio, se propone y acepta el sistema federal y se declaró a Oaxaca estado libre y soberano, a reserva de que el futuro Congreso Provincial ratificara esta declaratoria.

Siendo Presidente de la República don Guadalupe Victoria se sublevó en la Ciudad de Oaxaca el coronel don Santiago García, que se encontraba al frente del Batallón activo de Tresvillas, Guanajuato, pretendiendo obligar a la legislatura a que expidiera un decreto ordenando la expulsión de los españoles que estuvieron en la expedición que capitulara en Ulúa, el 18 de noviembre de 1825 y la de todos los llegados al país después de la consumación de la Independencia, con excepción de aquellos que estuvieren legalmente naturalizados en el Estado y se hubieren casado con mujeres oaxaqueñas. El coronel León, es comisionado para restablecer el orden. Llega con sus tropas a Etla, el 28 de marzo de 1827, y es recibido por el Congreso local, al que imparte desde luego garantías, y marcha sobre Oaxaca consiguiendo la capitulación de los sublevados.

Habiéndose tenido oportuno conocimiento de que una expedición española iba a desembarcar en el Golfo, nuevamente son requeridos los servicios del coronel León, comandante militar de Oaxaca.

En 1841 secunda la rebelión acaudillada por Santa Anna. Es comisionado para batir a los revoltosos de Chiapas. Sale del Estado, y el 15 de mayo del citado año destroza en Comitán a Juan Pablo Arriaga, tuvo destacada intervención en la anexión del Soconusco, cuyo decreto fue firmado el 11 de septiembre de 1841.

Dirige al Supremo Gobierno un extenso e importante memorial llamándole la atención sobre las condiciones que privan en el territorio de Soconusco. Fueron atendidas sus sabias y prudentes indicaciones, comisionándole para organizar una expedición que controlara aquella lejana región. Es una de las páginas más luminosas de su agitada existencia.

Solicita separarse de su puesto y se dirige a descansar a la municipalidad de Huajuapan, que a petición suya y de varios vecinos había sido elevada a la categoría política de villa, por decreto de 10 de junio de 1843. Es ascendido a general.

El 23 de mayo del año siguiente es electo nuevamente gobernador del Departamento, y designa como secretario del Gobierno al licenciado don Benito Juárez.

Y advienen las jornadas dramáticas de la invasión americana. Inmediatamente acude al llamamiento del gobierno, al frente de aguerridos batallones oaxaqueños. Después de la derrota de Cerro Gordo, sus fuerzas constituyen el núcleo que hace posible la reorganización del ejército nacional. Llega a Tacubaya, y acto continuo se acuartela en Chapultepec, cuya fortaleza manda como digno jefe.

Lucha bizarramente en la batalla del Molino del Rey, dirigiendo hábilmente a sus soldados y alentándolos con su ejemplo. Cae gravemente herido. «Escribe F. Sosa- del número de aquellos ciudadanos que consagran su vida al servicio de la Patria y a quienes les debe ésta, por lo mismo, gratitud eterna.»

Su apellido fue agregado al nombre de Villa Huajuapan.

En 1847, en la batalla del Molino del Rey, fue herido y falleció a las ocho de la noche. «Su vida», exclama don Justo Sierra, «quedó santificada por el heroísmo de su muerte.’’ (http://oaxaca-travel.com)

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