sábado, marzo 16

¿Caminar para tener una mejor salud cerebral?

Simplemente ponga un pie delante del otro y potenciará su cerebro a la vez.

Esa es la conclusión de un pequeño estudio que encontró que el impacto del pie al caminar envía ondas de presión a lo largo de las arterias que aumentan el suministro de sangre al cerebro.

«Los nuevos datos sugieren de forma contundente que el flujo sanguíneo al cerebro es muy dinámico», afirmaron el investigador, Ernest Greene, y sus colaboradores de la Universidad de las Tierras Altas de Nuevo México.

Actividades como andar en bicicleta, caminar y correr podrían optimizar la función cerebral y la sensación general de bienestar durante el ejercicio, dijeron los investigadores.

Antes, el suministro sanguíneo del cerebro se consideraba como una acción involuntaria que no se veía afectada por el ejercicio ni por los cambios en la presión arterial. Pero investigaciones anteriores han mostrado que el impacto del pie al correr se asocia con ondas que fluyen en retroceso en las arterias que ayudan a regular la circulación hacia el cerebro.

Esas ondas se sincronizan con la frecuencia cardiaca y el paso del corredor, explicaron los autores del estudio.

En el nuevo estudio, los científicos examinaron los efectos de caminar, que conlleva un impacto del pie más ligero que correr.

Usando tecnología de ultrasonido, midieron el diámetro de la arteria carótida y la velocidad de las ondas de sangre de 12 jóvenes adultos sanos para calcular el flujo sanguíneo al cerebro mientras caminaban a un ritmo constante.

También evaluaron a los participantes en reposo.

El estudio mostró que caminar resulta en un aumento significativo del flujo sanguíneo al cerebro. El aumento en el flujo sanguíneo no es tan dramático como al correr, pero es más notable que el observado al andar en bicicleta, que no conlleva ningún impacto del pie, apuntaron los autores del estudio.

«Lo sorprendente es que tardáramos tanto en finalmente medir estos efectos hidráulicos obvios en el flujo sanguíneo al cerebro», comentó Greene, primer autor del estudio.

«Hay un ritmo que genera una optimización entre el flujo de sangre al cerebro y la deambulación [caminar]. El ritmo del paso y los impactos del pie están dentro del rango de nuestras frecuencias cardiacas normales [de alrededor de 120 por minuto]cuando nos movemos a un paso vivo», dijo Greene en un comunicado de prensa de la Sociedad Americana de Fisiología (American Physiological Society).

Los hallazgos del estudio se presentarán el lunes en la reunión anual de la sociedad, en Chicago. Los resultados de estudios presentados en reuniones por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista médica revisada por profesionales.

Publicado por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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