lunes, febrero 26

Niños mixtecos, ¿Sin emociones?

La región Mixteca se caracteriza por su migración, pobreza y marginación, en donde se concentran algunos de los municipios más pobres del país como Santos Reyes Yucuná o San Simón Zahuatlán, lugares en donde los niños crecen con los mismos patrones que sus padres, envueltos en hogares donde mucha veces la constante es la falta de cariño, en donde el abrazo y beso de un padre a su hijo, es signo de debilidad.

Creciendo en las montañas de Tlaxiaco

En las zonas montañosas del distrito de Tlaxiaco este es el pan de cada día para los infantes que nacen, recuerdos que aun con el paso de los años no borran de la mente de Alfredo Cruz Delgadillo, fundador de la asociación Alcance a la Familia que cobija a la Casa Alfa, toda vez que en su intensa labor altruista ha recorrido infinidad de comunidades que se esconden entre las montañas.

Con una mirada que habla por sí sola, sus palabras expresan el dolor que aun guarda su alma recordando a niños que a pesar de su corta edad no saben sonreír, sobre todo varones, quienes no conocen lo que es un abrazo o un beso de papa, porque en las comunidades donde prevalece el machismo no hay lugar para ese tipo de sentimientos, los cuales son indispensables para el desarrollo de un infante.

“Los niños no tienen que ir a la escuela, menos si son niñas, porque ellas deben estar en la casa para ayudar a las labores domesticas y en el campo, lo mismo los niños, quienes desde pequeños comienzan a cargar los tenates en la espalda para cosechar maíz o lo que siembren sus padres, sus juegos son solo entre tierras y que sus padres no los vean, porque tienen que trabajar”, señaló.

Sin embargo la situación se torna todavía más difícil para las niñas, citó el caso de unos menores en el basurero de Huajuapan, de los dos el padre solo permitió que se llevarán a la niña porque no le servía, en cambio el niño si por considerar que tiene más habilidades para trabajar; así viven miles de niños mixtecos, quienes no saben lo que es jugar entre hermanos y padres, todos a la vez, creciendo solos entre regaños y golpes.

La situación es tan preocupante que Casa Alfa es prueba de ello, del total de niños que han recibido gran parte llega con hábitos y comportamientos increíbles de creer, “pareciera que fueron criados como animalitos, no saben usar un cepillo de dientes o como si nunca se hubieran bañado, porque ponen mucha resistencia, además que por la violencia en que viven al inicio están completamente alejados”, explicó.

Es así, que tienen que esperar días al menos un mes para el menor sepa los hábitos básicos de higiene, o utilice la cuchara para comer una sopa; pero requieren de años para que superen la violencia y abandono en que han vivido, ya que sus necesidades básicas no son cubiertas, crecen sin lazos afectivos y solo son utilizados como herramientas de trabajo, tanto que ni siquiera saben llorar.

Los niños y sus derechos

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los menores tienen seis niveles de necesidades básicas, que van desde desarrollar y lograr sus objetivos personales, belleza y armonía, conocimientos y comprensión, autoestima, afecto, sentirse seguros y protegidos, entre otras, sin embargo no todas se cumplen y viven entre carestías, no solo económicas, sino afectivas.

En el año de 1959 fue promulgada la Declaración de los Derechos de Niño, que la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó un 20 de noviembre, la cual se rige en diez principios que protegían la integridad física y emocional de los niños.

Treinta años después de la adopción de la Declaración de los Derechos del Niño -que fue una guía para la actuación pública y privada en favor del respeto de los derechos de los niños- fue aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (el 20 de noviembre de 1989) la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual entró en vigor el 2 de septiembre de 1990.

En ella se establecen 54 artículos que especifican, con detalle, los aspectos de bienestar indispensables para la vida sana, los derechos y deberes de los padres y la comunidad y el entorno legal de los niños.

La realidad para los niños mixtecos

“Cada nivel de necesidad básica se apoya en el siguiente, como los escalones de una pirámide, si no se satisfacen las necesidades de un nivel, puede llegar a ser muy difícil que se satisfagan las necesidades del nivel siguiente, se requiere mucha paciencia, buena comunicación y mucho amor para lograr que tengan objetivos y los logren”, así se expresa Martha Patricia González Ortiz, de la Sociedad de Médicos de Huajuapan.

A su decir, para un gran número de niños, nacer en la Mixteca oaxaqueña significa vivir su infancia en un ambiente de inequidad, desnutrición, ignorancia, abusos y soledad, por lo que la pobreza es la causa de que decenas de millones de niños padezcan hambre, no reciban educación o se vean sometidos al trabajo infantil, quienes de adultos perpetuaran en ese ciclo y lo transmitirán a sus hijos.

Ante lo anterior reflexiona sobre el poco valor humano que un niño tiene en la Mixteca, en la lucha por la supervivencia, pero con carencias en salud, por lo que, cuando hay enfermedad son atendidos por los servicios asistenciales de la comunidad que por la ubicación geográfica y la demanda de atención, demerita mucho en la calidad del servicio, como consecuencia, un padecimiento leve, a veces se convierte en grave.

Ante ello solo tienen dos caminos, sanar de manera espontánea, dejando problemas crónicos como mayor desnutrición y secuelas o bien la muerte por alguna complicación de una enfermedad que no fue atendida en tiempo y forma.

El aspecto emocional considera que todo individuo al nacer tiene sensibilidad en la piel, por lo que requiere de afecto, caricias, palabras, música, aceptación y besos, de no ser así se convertirá en un ser humano inseguro, con baja autoestima y con sentimientos de minusvalía.

González Ortiz indica que la economía es determinante en la educación, ya que muchos niños desertan por trabajar ante la necesidad de dinero en su s hogares, por lo que se encuentran en el campo, negocios, casas, comercio ambulante, o pidiendo limosnas y vendiendo chicles en parques y cruceros, “sí, los niños de la Mixteca son utilizados por sus tutores o padres para dicho fin; podemos verles en semáforos, en el atrio de la Catedral, el parque y afuera de las escuelas”, detalla.

Las niñas por su condición femenina, son consideradas sin valor, por lo que según cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en la mayoría de los distritos de la Mixteca, incluido Huajuapan, Jamiltepec, Juxtlahuaca, Putla, Teposcolula, Tlaxiaco, Nochixtlán y Coixtlahuaca, la cifra de niñas en edad preescolar y escolar es menor porque la preferencia la tienen los varones.

Ante esta situación reitera que los niños son y han sido los seres más desprotegidos del planeta, “es común ver en las calles niños y bebés incluso maltratados por sus padres, con gritos, golpes, jalones o simplemente ignorando su sufrimiento, manifestado por llanto o dolor, cuando aún no saben hablar; y cuando alguien hace un llamado de atención, responden no te metas, es mi hijo y yo sé lo que hago con él”.

Es así que en cada hogar, solo los niños saben cómo viven realmente, lamentablemente algunos se encuentran en manos de personas que solo tienen cólera o frustración descargando su ira en contra de aquel cuerpecito indefenso y que reclama protección, a quien procrearon como hijo.

Martha Patricia González asevera que en la mayoría de los casos quien ejerce la violencia en contra del menor es el padre, que en ocasiones, es encubierto por la madre por lo que en casa no faltan golpes, ofensas, menosprecios, hambre, trabajo, injusticias, dolor, necesidad de afecto, deseos de aprender frustrados, abuso sexual, intolerancia e infinidad de afectaciones.

Concluye diciendo que la Mixteca es una región con alto índice de maltrato infantil, en una encuesta en la colonia San Diego de Huajuapan, más del 50% de los niños refieren que han sido golpeados “sólo cuando se portan mal”, y los padres aceptan ser golpeadores, pero “sólo cuando es necesario”, en tanto que abandono, soledad, humillaciones, tocamientos, burlas, gritos, pellizcos, ofensas, desprecio, golpes, inequidad, descuido a su salud, entre otros, es lo que viven a diario.

Población infantil en la Mixteca

Cabe señalar que según los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010 de Oaxaca, correspondiente a los distritos de Silacayoapan, Huajuapan, Coixtlahuaca, Juxtlahuaca, Teposcolula, Nochixtlán, Putla y Tlaxiaco, existe una población 154 mil 840 menores entre cero y 12 años de edad, de los cuales el 48 por cientos son niños y el 52 por ciento niñas.

Del total la mayoría se concentra en Huajuapan con 37 mil 952 menores, Tlaxiaco con 30 mil 926, Putla con 26 mil 763, Juxtlahuaca con 23 mil 440, Nochixtlán con 16 mil 25, Silacayoapan con 8 mil 848, Teposcolula con 8 mil 421 y Coixtlahuaca con 2 mil 465.(Adriana Ramos/IGABE)

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