El coordinador en Oaxaca del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), Bernardo Bautista Ramírez, indicó que la vigilancia militar en la zona fronteriza y la aparición de fosas clandestinas de migrantes, no se comparan con la pobreza y marginación en que viven con los mixtecos, pues a pesar de esas condiciones, la migración va en incremento.
Indicó que la falta de empleo es el detonante, pues las familias no sobreviven con dos salarios mínimos que percibe el padre por trabajar en el campo o como ayudante de albañil, o peor aún para habitantes de San Simón Zahuatlán o agencias de Amatitlán, en donde cosen balones de futbol y por día perciben solamente 10 pesos, dejándolos con la única opción de emigrar.
Comentó que a la semana el FIOB estima que salen de la Mixteca un estimado de 300 paisanos, quienes parten vía terrestre desde distritos como Juxtlahuaca, Silacayoapan y Huajuapan a la frontera con Estados Unidos, en donde se quedan varados hasta por un mes porque no cruzan, ya que la vigilancia militar es demasiada, por lo que es hasta en el cuarto intento cuando logran su cometido.
Sin embargo el 30 por ciento aproximadamente no logra pasar, por lo que retornan a sus comunidades no sólo con un sueño americano que fue inalcanzable, sino también con una deuda económica, “muchos de los paisanos consiguen y su esperanza es pagar cuando crucen y trabajen, pero los que no pasaron simplemente deben hasta 40 mil pesos o más, porque el coyote les cobra por cada intento, pasen o no pasen”, señaló.
Ramírez Bautista dijo que esta situación es preocupante, ya que el gobierno no ha implementado políticas que generen empleo, para evitar que las familias se desintegren y los mixtecos expongan sus vidas, ya que quienes cruzan por el desierto se exponen a las altas temperaturas, además que se exponen a caer en manos de la delincuencia organizada, siendo asaltados o secuestrados.
Finalmente agregó que los diferentes niveles de gobierno deben atender esta problemática con urgencia, para evitar que los mixtecos vivan en condiciones precarias que los obliguen a exponer sus vidas para que sus esposas e hijos vivan mejor. (Adriana Ramos/IGABE)
