El conflicto agrario por la disputa de casi 50 mil hectáreas de bosques entre indígenas de San Miguel Chimalapa, y habitantes de Díaz Ordaz y Rodulfo Figueroa, pertenecientes al estado de Chiapas, se agudizó ante la denuncia de los zoques oaxaqueños de una tala indiscriminada de árboles por parte de los chiapanecos.
Los habitantes de las comunidades de San Antonio y Benito Juárez, agencias de San Miguel Chimalapa, denunciaron que los ganaderos de Díaz Ordaz y Rodulfo Figueroa de Cintalapa Chiapas, obtuvieron un permiso de la Semarnat para saquear la zona boscosa.
Francisco Sánchez Jiménez, presidente del Consejo de Vigilancia del Comisariado Ejidal de San Miguel, advirtió de un riesgo de enfrentamiento si las autoridades federales y estatales no atienden el problema.
“Hay un saqueo indiscriminado de los recursos naturales de San Miguel Chimalapa, porque la Semarnat autorizó los permisos de aprovechamiento forestal a favor de los chiapanecos”, dijo.
Señaló que en las zonas conocidas como “El Quebrachal”, “La Ciénega” y “La Orquídea”, ubicadas en la zona limítrofe de Chiapas y Oaxaca “están siendo acaparadas por los ejidatarios chiapanecos, son casi 50 mil hectáreas de bosque que nos pertenecen”.
La semana pasada, los indígenas zoques realizaron un bloqueo en la Carretera Panamericana en el entronque que comunica con el municipio de Zanatepec, para denunciar la tala de árboles.
Sánchez Jiménez indicó que tras esa manifestación, se logró que las autoridades suspendieran de manera provisional el permiso que le otorgó la Semarnat a los chiapanecos, autorizado desde el 2005, aunque reconoció que la tala continúa “con total impunidad” por parte de sus contrarios.
“La Semarnat les dio el permiso sólo a los chiapanecos, a pesar de que en 1999 hubo un acuerdo entre los gobiernos de Oaxaca y Chiapas de que no se otorgarían más permisos para la tala de árboles mientras continúa el conflicto agrario”, explicó por su parte Álvaro Román, comunero de San Miguel Chimalapa.
El viernes pasado, los indígenas zoques retuvieron a un comandante y una patrulla de la Policía Municipal de Cintalapa, Chiapas, que acompañaba una de las camionetas cargadas de madera de pino que había sido saqueada de la zona boscosa en conflicto.
Álvaro Román aseguró que el comandante y la patrulla fueron liberados por ejidatarios chiapanecos esa misma noche, “en un claro acto de provocación por el conflicto que se vive”.
El conflicto agrario entre Chiapas y Oaxaca no se ha podido destrabar, pese a las mesas de diálogo por parte de las autoridades de la Reforma Agraria, quienes habían propuesto a San Miguel 20 millones de pesos y a Santa María Chimalapas 70 millones, a cambio que los chiapanecos se quedaran con las casi 50 mil hectáreas de bosques.
La propuesta fue rechazada por los zoques, por lo que el conflicto continúa. (Rusvel Rasgado)
