sábado, marzo 2

Monte Albán recibe primeros turistas

Arribó el primer par de autobuses con turistas nacionales a la zona arqueológica de Monte Albán, convertido en una de las principales atracciones para visitantes interesados en conocer a los oaxaqueños, a través de la historia cultural.

Aunque ayer no estuvieron presentes los responsables de administrar y cuidar tan importante espacio con grado de Patrimonio Cultural de la Humanidad, por razones de trabajo en la zona arqueológica de Mitla, personal operativo se reportaba listo para atender a la comunidad visitante.

Se calcula que más de 30 mil personas visiten, a partir de ayer y hasta el próximo primero de mayo, la Antigua Ciudad Zapoteca, fundada por una civilización vasta en conocimientos, tradiciones y expresiones artísticas en los Valles Centrales.

Antes de las 12 horas de ayer, los primeros 200 visitantes pasaban lista de presente en una zona arqueológica, donde la época de mayor esplendor fue 100 a.C a 750 d.C y se calcula que llegó a tener aproximadamente 35 mil habitantes, en una extensión máxima de 10 kilómetros cuadrados.

En una temporada de importancia capital por el número de turistas, el adecentamiento del estacionamiento, frente a las escaleras de la entrada principal, representa problema para el público asistente, en lo que destacó como la primera ciudad prehispánica, edificada sobre un cerro natural nivelado a 400 metros sobre el nivel del valle y, a mil 900 metros sobre el nivel del mar.

Resultado de la obra pública mencionada, el automovilista camina un poco más de la cuenta, tras dejar estacionado el vehículo a orilla de carretera.

Vencer la pendiente no agrada a la mayoría. Sin embargo, el esfuerzo físico vale la pena para arribar hasta lo que figuró como ciudad prehispánica, abarcando más de dos mil hectáreas y formada por un conjunto de montañas entre las que destacan los cerros de El Gallo, Atzompa y Monte Albán.

Una vez ubicados en la antigua ciudad zapoteca, el visitante contempla lo que fue el conjunto de la Gran Plaza, indudablemente, el corazón de la ciudad. Cabe destacar que los monumentos explorados representan apenas el 10% del total.

Su historia

Es un sitio arqueológico localizado a 10 km de la ciudad de Oaxaca de Juárez. Fue durante mucho tiempo la sede del poder dominante en la región de los Valles Centrales de Oaxaca, desde el declive de San José Mogote en el Preclásico Medio (1500-700 A. C.) hasta el ocaso de la ciudad, ocurrido alrededor del siglo IX.

El nombre antiguo de esta ciudad fundada por los zapotecas a finales del Preclásico Tardío es objeto de discusiones. De acuerdo con algunas fuentes, el nombre original fue Dani Baá. Se sabe, en cambio, que los mixtecos conocieron la ciudad como Yucucúi (idioma mixteco: Yúcu-cúi, "Cerro Verde").

Como la gran mayoría de las grandes metrópolis mesoamericanas, Monte Albán fue una ciudad con una población pluriétnica. A lo largo de su historia, la ciudad mantuvo vínculos muy fuertes con otros pueblos de gran importancia en Mesoamérica, en especial con los teotihuacanos durante el Clásico Temprano. La ciudad fue abandonada por la élite y buena parte de su población al final de la Fase Xoo.

Sin embargo, el recinto ceremonial que constituye el conjunto de la Zona Arqueológica de Monte Albán fue reutilizado por los mixtecos durante el Período Posclásico. Para esta época, el poder político del pueblo zapoteco se encontraba dividido entre varias ciudades-Estado, como Zaachila, Yagul, Lambityeco y Tehuantepec.

Aunque es probable que su existencia fuera conocida durante la época colonial, Monte Albán no es mencionada en las crónicas de la conquista o en los siglos posteriores, hasta principios del siglo XIX.

Durante la primera mitad del siglo XX, el mexicano Alfonso Caso llevó a cabo una serie de excavaciones que lo llevaron a encontrar la Tumba 7, donde reposaba el mayor depósito de obras de orfebrería mesoamericana de oro que se haya descubierto hasta la fecha.

El conjunto de monumentos prehispánicos junto con el centro histórico de la ciudad de Oaxaca de Juárez, fueron inscritos en 1987 en el registro del programa Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. (Mario Girón/El Imparcial)

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