viernes, marzo 1

Investigador de la UNAM crea antidepresivo a base de Amaranto

La depresión es llamada la enfermedad del siglo. Alarmantes cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaron este año, que solo entre el 2005 y el 2008, esta aumentó en 18% en la población global. También, es ya oficialmente la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo.

El problema se agrava, aún más, cuando se cae en cuenta que los antidepresivos más vendidos, como el Prozac o el Aropax, no alivian el problema; en realidad, ante la falta de serotonina, lo único que consiguen es que el organismo no deseche la poca que produce, en lugar de hacer que el cuerpo vuelva a producirla como antes. Si a ello sumamos sus efectos secundarios, entonces nos encontramos ante un gran absurdo.

El investigador mexicano del Instituto de Química de la UNAM, Manuel Soriano García decidió actuar ante lo anterior. Primero, desde hace décadas está enfocado en estudiar las propiedades de la dieta básica prehispánica, y con ello beneficiar, una vez más, a las personas con estos productos, que por años, han ido devaluándose. Segundo, ante la nula capacidad de sanar el problema de la depresión por parte de los antidepresivos artificiales, decidió investigar para revertir lo anterior.

Gracias a sus investigaciones descubrió que el amaranto tiene propiedades antidepresivas, y no cualquiera, sino que contiene altos niveles de triptófano, un aminoácido esencial (esto quiere decir que no es producido por el cuerpo) que ayuda a sintetizar la serotonina.

El tripófano, al catabolizarse (cuando las moléculas complejas se transforman en sencillas), crea serotonina, y cuando esta se concentra de manera local, influye en la síntesis y libración de este neurotransmisor elemental para el buen ánimo. Soriano pasó algún tiempo en Japón, y consiguió sintetizar y encapsular este aminoácido esencial en un producto llamado AntePro.

 

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