miércoles, febrero 28

La feria de Tlaxiaco y sus antecedentes

Las festividades que año con año se celebran el mayoría de los pueblos de nuestro país tienen un profundo arraigo en algunas de las celebraciones que datan de la época precortesiana, las cuales con motivo de los cambios climáticos que marcaban las estaciones daban lugar a la veneración a ciertos “elementos” (tierra, agua, sol, luna, animales, semillas, etc.), y a las deidades asociadas con ellos.

Así tenemos que durante los meses en que se preparaba y trabajaba la tierra, se llevaban a cabo diferentes celebraciones, aunque de manera particular sobresalen aquellas que se efectuaban al final del año, una vez que se levantaba la cosecha y se limpiaba el campo; muchas de estas celebraciones persisten hasta nuestros días, con sus respectivas variantes.

Con la llegada de los europeos a nuestro continente, a pesar de las ideas que impusieron a los pueblos mesoamericanos, no lograron del todo desarraigar las antiguas tradiciones vinculadas con las actividades agrícolas, entre otras. Por el contrario estas tradiciones adquirieren un nuevo matiz, ya que con la doctrina cristiana el ritmo de vida de los pueblos se comenzó a regir por los santos patronos, los cuales mantenían una asociación con las actividades agrícolas (e. g. San Isidro Labrador). Con ello se instituyen las fiestas titulares, que obran bajo anuencia de la iglesia.

Una vez consumada la independencia, las ferias eran otorgadas por decreto de los gobiernos, principalmente a aquellas poblaciones que habían demostrado su entrega a este movimiento. Como recompensa a los pueblos que participaron en esta causa se les concedieron títulos que elevaron su categoría. Tal es el caso de Tlaxiaco, que participó activamente en este movimiento y en el de la Reforma, ya que por este merito se le concedió en primera instancia, junto con los pueblos de Ejutla y Tlacolula, el título de Villa.

Para los tlaxiaqueños, de acuerdo al registro documental que se le conserva en el archivo histórico de Tlaxiaco, a esta Villa ya se le reconocía como la Heroica Villa de Tlaxiaco desde el año de 1821. Posteriormente, el 24 de Noviembre de 1860, el gobierno del Estado da a conocer el decreto en el que el congreso reconoce el esfuerzo y entrega de los Tlaxiaqueños a la causa de la reforma, otorgándole el título de Heroica Villa y una feria anual. En síntesis el decreto señala: Art. 1° Se declara Heroica la Villa de Tlaxiaco y se le concede una feria anual que tendrá lugar al tercer domingo de Octubre y dos días siguientes.

Art. 2° Los géneros, frutos y efectos que se introduzcan y se consuman el Villa de Tlaxiaco durante los tres días de feria se le concede en el artículo anterior, serán libres de los derechos que pertenezcan al Edo.

Observándose a este efecto las prevenciones del reglamento del 25 de Junio de 1843, expedido por el Gobierno Gral.

Con ello se consuma seguramente, el pedimento que habían hecho los tlaxiaqueños años atrás la solicitar que se le otorgara una feria anual, ya que la importancia de Tlaxiaco había venido creciendo con anterioridad, debido principalmente a la derrama económica que generaba su mercado, sus industrias locales y las actividades agrícolas. En este caso, vemos como se reconoce el merito de los tlaxiaqueños por su heroica entrega a las causas de la patria, y como nace una de las ferias más populares en el corazón de la mixteca.

Algunos documentos hacen relación de las primeras fiestas en la que los vistosos carteles que publicaba el Ayuntamiento, o los diferentes comités, ofertaban una gran variedad de atractivos como carros alegóricos ó calendas, antojitos, dulces regionales, peleas de gallos, calistenias, etc. Hacia las primeras décadas de 1900 la variedad de espectáculos se ampliaba a juegos de futbol, beisbol, básquetbol, destacando el baile de la coronación de la reina de las fiestas titulares, el cual seguramente surge con las primeras ferias que se celebraron en esta población.

Hoy en día la feria anual de Tlaxiaco se ha diversificado mucho más y ha crecido en importancia, además de que a la organización que encabeza el Ayuntamiento y los diferentes comités, se ha sumado la participación de las escuelas y de la iniciativa privada.

Actualmente ya no se estila mandar cartel a la ciudad de México o a Oaxaca para invitar a los tlaxiaqueños radicados en esos lugares, hoy en día esta feria ha forjado su propio nombre, y como antaño es la fiesta a la que muchos tlaxiaqueños acuden desde diferentes puntos del país para convivir en su tierra y para disfrutar de la alegría y del colorido de esta magnífica herencia que nos legaron nuestro antepasados.

Fuente:
Roberto C. Santos Pérez
Centro Cultural Tlaxiaco

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2 comentarios

  1. ISMAEL GALINDO REYES on

    que tal un saludo; por favor me pueden enviar el programa de las fiestas de octubre… gracias.