El sector empresarial lamentó que la Sección 22 del SNTE siga manteniendo como rehén al pueblo de Oaxaca, no sólo porque ha dejado sin clases durante cinco días a 1.3 millones de estudiantes, también porque con sus bloqueos y plantones daña las actividades económicas del estado y crea un clima de anarquía e intolerancia.
Las pérdidas por esta semana de paros y bloqueos son millonarias, con el riesgo de que muchas empresas con una economía endeble puedan cerrar y dejar sin empleo a más oaxaqueños que no tienen el privilegio de pertenecer a un sindicato como el magisterial, lamentó Carlos Guzmán Gardeazábal, ex presidente del Consejo Impulsor de Desarrollo Empresarial (CIDE).
“Hay quienes sostiene que la pérdida económica por el plantón de cinco días de la Sección 22 del SNTE ha causado daños económicos por 150 millones de pesos, pero pensamos que va más allá, debido a que se han afectado las labores de los empresarios y comerciantes, pero también de las dependencias federales y estatales”, indicó.
El empresario lamentó que a pesar de los exhortos para agotar el diálogo y evitar paros y plantones que afecten a la economía y a la educación, de nada ha servido, pues los maestros decidieron instalarse en sus mismos esquemas de presión que han lesionado a terceros desde hace 30 años.
Eduardo García Moreno, presidente de la Canaco-Servytur, lamentó que este sector es uno de más afectados debido a que “no llegada la recuperación, arrastramos una cadena de eventos negativos que nos ha impedido recuperarnos y como van las cosas será muy complicado.
“A pesar de las peticiones a los maestros para que no afecten con sus paros, bloqueos y plantones porque todos salimos perdiendo, la imagen al exterior es muy negativa y repercute en la afluencia de turismo que es uno de los pilares de la economía de la entidad.
“No sabemos qué quieren los maestros, pues a pesar de la excelente relación que hay entre el gobierno y la Sección 22, la instalación de mesas de negociación, siguen en su actitud que está perjudicando a todo Oaxaca”, apuntó.
Reiteró que cada año es lo mismo, lo cual no es posible Oaxaca ya no lo aguanta. “Todo mundo tiene derecho a manifestarse, pero tenemos que respetar a los demás. No podemos tener a la ciudad de rehén para obtener satisfacción de propuestas. Es realmente aberrante”, sentenció. (Humberto Torres R./El Imparcial)
