lunes, marzo 11

China suspenderá las operaciones financieras con criptomonedas

a pasa casi un año y medio desde que Uber entrase a operar, de nuevo, en Madrid con su propuesta de coches para cambiar la historia del transporte por las ciudades y, por fin, ha elegido una sede oficial desde la que hacer sus operaciones. De forma itinerante, Uber había estado paseando por co-workings a la espera de encontrar una oficina.

Ahora ya han encontrado su sitio en TheCube Madrid y lo han celebrado con su nuevo director para España, Juan Galiardo. Por su parte, Carles Lloret ha pasado a ser jefe de operaciones para el Sur de Europa. La nueva elección ha venido acompañada de una nueva noticia bajo el brazo: la modificación de las tarifas de Uber para España. Una de la mayores quejas de los usuarios, desde que Uber re-inició sus operaciones en España era que nunca sabías qué precio iba a tener el trayecto hasta el momento de pagarlo. Y esto estaba bien si la tarifa dinámica era baja y, por lo tanto, con un precio final inferior al de taxi o la competencia. Eso sí, si había una caída de la oferta respecto a la demanda y la tarifa dinámica se disparaba podía haber sorpresas en el resultado. Un año y medio después, y ya conociendo las costumbres de uso de los usuarios, Galiardo ha anunciado que Uber estrena sus precios cerrados. Es decir, conocer antes de subir al coche el precio de la carrera.

Pero, un momento, eso no quiere decir que la popular tarifa dinámica haya pasado a mejor vida. En palabras de Galiardo, «la implantación de una no es incompatible con la otra». Aunque ya está operativo para algunos, el cambio se hará oficial el 22 de septiembre, momento en el cual el millón de usuarios con la app descargada podrán ver la modificación. Descargas de las que, a propósito, no se ha especificado el número de usuarios activos; simplemente se explica que el volumen es mucho menor que en lugares como París o Londres.

La cuestión es que este cambio de modelo viene acompañado de una modificación en las tarifas. El precio mínimo por trayecto sube a 5,5 euros, viniendo de los 5 anteriores. Según sus estudios, los precios mínimos tan bajos alimentaban en volumen de carreras cortas que influían directamente sobre la productividad de los conductores; una de sus mayores quejas. Lo cual, en cierto modo, entraría en conflicto con su concepto de posicionarse como el transporte de última milla, enfocado precisamente a eso: las carreras cortas. En este sentido, «el aumento del mínimo hace que el conductor cobre más y el usuario pague menos», explica Galiardo. Porque, además de la modificación de la tarifa mínima el precio por minuto desciende de 0,20 céntimos a 0,10 y el precio por kilómetro pasa de 1,15 a 1,25.

No se olvidan del Gobierno

La evolución de Uber España respecto a lo que acontece en las oficinas centrales de Uber va por caminos muy diferentes. El trabajo de Dara Khosrowshahi está enfocado a otros menesteres. De momento, en España, una de las cuentas pendientes de Uber y compañía es solucionar su problema con el Gobierno.

La nueva regulación anunciada por Fomento, según Uber, tiene todos los tintes de estas a favor del sector del taxi. Por lo que, en palabras de Galiardo, «el Gobierno debe dejar de apoyar los intereses del monopolio del taxi, en contra de los intereses de los ciudadanos».

En este sentido, la pregunta de cuándo entrará Barcelona en la lista de ciudades en las que Uber opera, la respuesta sigue siendo la misma: cuando cambie el sistema. Las licencias VTC, necesarias para operar en España, no tienen la densidad suficiente como para gestionar un volumen de negocio adecuado. Se añade a esto que el número de estas licencias, que se pensaba iba a crecer en gran medida en 2017, se encuentra ligeramente estancado.

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