lunes, marzo 4

Enseñanza, una forma de vida

Ya no funciona el maestro que cree que sabe más en el salón de clases y el alumno debe de obedecer, como anteriormente se hacía, sostiene la maestra Yemina Fernández, coordinadora del área de Ciencias Naturales y profesora de materias del área de ciencias en el Instituto Blaise Pascal.

“La educación ha cambiado radicalmente en los escasos 14 años que he estado ejerciendo como profesora; antes los maestros llegábamos a impartir un montón de información, era el que hablaba, y actualmente los niños tienen información de cualquier lado, basta que se les diga una palabra y la buscan en la Internet, y les sale un montón de documentos”. Indicó.

“Actualmente se enseña a los alumnos a discriminar la información que obtienen y que aprendan a ser críticos, a valorar las cosas”.

“Los maestros deben de ser expertos no sólo en conocimiento sino en saber desarrollar las habilidades, saber enseñar los valores para trabajar en equipo”.

“Consideró que la educación privada tiene normas que permiten ser más libres en cuanto a lo que se quiere enseñar y cómo se quiere enseñar, lo que permite lograr el nivel que tiene”.

La maestra Fernández, quien dejó el sector industrial para dedicarse a la enseñanza, sostiene que en el salón de clases cada día es diferente, que cada día que pasa tiene una satisfacción, una decepción, porque se trabaja con seres humanos.

Su satisfacción personal es, dijo, “saber que tiene muchos alumnos exitosos, que algún día en que se los encuentre en el súper, le digan “hola tú fuiste mi maestra”.

Recordó al magisterio en general, “que si bien la enseñanza es una forma de vida, de aquí comemos, tenemos una gran responsabilidad, y lo que estamos haciendo es formar a gente que va a estar después en un puesto de Gobierno, en sus manos va a estar la salud de una persona, de un niño que podría ser mi hijo”.

Llamó a los maestros a retomar los valores que se están escapando, porque la institución de la familia se nos está yendo de las manos.

Felicitó a los mentores por la celebración del Día del Maestro, el 15 de mayo, “festejemos lo que tenemos que festejar, sin marchas, celebremos la capacidad que tenemos de influir en un servicio”. (José Hannan Robles/El Imparcial)

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