Paro magisterial ocasiona que niños pobres trabajen en Huajuapan

Tras el paro magisterial iniciado por los profesores de la sección 22 el lunes 23 de mayo, los alumnos quienes habitualmente acuden a sus clases de 8 de la mañana a una de la tarde, quienes son originarios de comunidades marginadas o familias de escasos recursos, ahora dedican este tiempo en otras actividades como lo es la venta de chicles o diferentes productos en la vía pública en lugar de estar en las aulas.

Jaime González, quien cursa el cuarto año de primaria en esta ciudad, señaló que ahora que esta sin clases y con el fin de contribuir a los gastos familiares dedica este tiempo a la venta de tortas, chicles, paletas y demás con el fin de obtener unos pesos para llevar a su hogar.

Dijo que “yo quiero superarme para ser un buen doctor y ayudar con los gastos a mi familia y no seguir vendiendo más productos en la calle, pero con lo que está pasando con mis maestros, lo único que veo que como alumno no voy aprender bien y ésto me traerá problemas en un futuro, cuando llegue al bachillerato y a la universidad”.

Por su parte Alan Ibarra, alumno del sexto grado, señaló que el no contar con clases por el paro magisterial, ocasiona que se levante tarde y se dedique en el resto del día primero a desayunar y posteriormente observar las caricaturas por la televisión y en la tarde jugar futbol con sus primos, “lo cual me aburre estar en la casa, ya que prefiero estar en la escuela con mis amigos”.

Mientras que Gabriel Hernández, quien cursa el segundo año de primaria y Fernando Hernández que cursa el sexto año de primaria, en San José Ayuquila, expresaron que esta situación sólo les ocasiona que sus padres los manden a cuidar sus chivos y borregos al campo, lo cual hacen durante los días de la semana después de que terminan las clases, olvidando con ello realizar sus tareas o trabajos que les dejan sus maestros.

Señalaron que el paro magisterial ocasiona que tenga más trabajo de lo habitual, ya que en vez de cuidar sus chivos y borregos de 4 a 5 horas éstas se tengan que prolongar de 7 a 8 horas, además de que en vez de comer entre una y dos de la tarde, lo tengan que hacer después de las cinco o seis de la tarde.

Mientras que Antonio Herrera, señaló que el dedica el tiempo de clases que está suspendido actualmente a las actividades agrícolas, con el fin de obtener recursos y solventar los gastos de su educación y de su graduación, ya que éste será el último año que curse la primaria.

Ante esto exhortaron a los profesores para que en vez de buscar beneficios personales o de grupo, dediquen su mayor esfuerzo para mejorar en materia de educación y se comprometan a dar una enseñanza de calidad a los alumnos, con el fin de que no tengan que abandonar la escuela y dedicarse a otras actividades las cuales son responsabilidad de sus padres. (Gerardo Cruz/IGABE)